Doctrina básica de la fe Cristiana

LA DEIDAD DE DIOS

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son todos Dios. Son tres personas diferentes, pero los tres son uno. Los tres constituyen la Trinidad de Dios. La palabra Trinidad no aparece en la Biblia, pero es la forma en que se entiende la unión y relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Una comparación es como el día que tiene mañana, tarde y noche; pero es un solo día, no son tres días diferentes. De esta manera, es el mismo Dios en tres personas diferentes. El Padre es la primera persona de la Trinidad, el Hijo es la segunda persona y el Espíritu Santo es la tercera persona. El Padre es eterno, el Hijo es eterno, el Espíritu Santo es eterno. Es el mismo Dios con todos los atributos pero con una función diferente. El Hijo es la Palabra y la forma visible de Dios, y el Espíritu Santo hace la obra. También el término hebreo "echad" significa pluralidad en unidad. Jesús no es un ser creado, en Colosenses 1:16-17 Pablo explica sobre esto. La Biblia también enseña que Jesús es completamente humano y completamente Dios. Hay 3 cosas principales que caracterizan a Dios: Dios es omnisciente, omnipotente y omnipresente.

Omnisciente; Dios lo sabe y conoce todo.

Omnipotente: Dios lo puede todo. Para Dios no hay nada imposible. No existe nada que El no pueda hacer.

Omnipresente: Dios esta presente en todas partes del universo en el mismo momento,

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo es una persona, es la tercera persona de la trinidad. El Espíritu Santo se entristece, si se entristece es una persona, no es una energía. El Espíritu Santo se manifestó en el bautismo de Jesús descendiendo en forma de paloma. En Pentecostés, los discípulos sintieron su presencia y se levantó un fuerte viento. Sin embargo, no es un viento. La Biblia dice que Él puede estar contrito (triste), por lo tanto tiene sentimientos y es una persona.

El Espíritu Santo, siendo persona, tiene atributos en Su personalidad: Tiene intelecto, voluntad, sensibilidad (Se aflige, Revela, enseña, intercede por nosotros, habla. También es nuestro Consolador).

La Biblia habla de los 7 espíritus de Dios. No es que haya 7 espíritus, sino que hay 7 cualidades o manifestaciones del Espíritu Santo. En Isaías 11:2, vemos 7 cualidades del Espíritu Santo manifestadas en el mesías, y también podemos tenerlo porque le tememos: Espíritu de YHVH, Espíritu de sabiduría, Espíritu de consejo, Espíritu de conocimiento, Espíritu de temor de YHVH, Espíritu de poder, Espíritu de inteligencia. Siete representa el número de la perfección. También aquí se manifiestan siete fiestas del pueblo de Israel y en cada una se ha producido un cumplimiento profético: 1. Pascua, 2. Panes sin levadura, 3. Primicias, 4. Pentecostés, 5. Trompetas, 6. Expiación, 7. Trompetas.

Los dones del Espíritu Santo son nueve. Son formación de servicio. Los Dones Espirituales se distribuyen en dones de revelación o conocimiento: palabra de sabiduría, palabra de conocimiento y discernimiento de espíritus; de poder: curaciones, fe, Milagros; de inspiración: profecía, lenguas e interpretación de lenguas.

Los dones ministeriales son apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros. La palabra apóstol significa misionero (latín) y se refiere más al servicio que hacían que al título. Los dones no pueden estar bien establecidos en una persona que no tiene el carácter de Cristo.

La simbología del Espíritu Santo

El Espíritu Santo es Dios, es una persona y tiene todos los atributos divinos. En la simbología del Espíritu Santo hay 7 símbolos que nos ayudan a entender más sobre su carácter y su obra: la paloma, el fuego, el viento, el vino, el sello del Espíritu Santo, el depósito del Espíritu y el petróleo. Por ejemplo, así como el viento limpia el aire y da vida, el Espíritu Santo da aliento y vida, y limpia a la persona. El agua también da vida, ríos de agua viva. El fuego tiene que ver con el aspecto purificador y está relacionado con la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. El sello del Espíritu Santo es interno, es una marca interna con la que él sella la suya en el momento en que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador personal. Las arras como garantía y anticipación de las bendiciones superiores del futuro. El aceite un símbolo de la consagración del creyente al servicio de Dios.

Los títulos del Espíritu Santo.

El Espíritu de YHWH es el título más frecuente en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento el Consolador, Auxiliador, Consejero, Espíritu de Verdad. El Espíritu Santo convence al mundo de pecado, justicia y juicio. Es importante conocer los títulos del Espíritu Santo porque así conocemos y comprendemos mejor su obra; y es lo que Dios nos ha delegado como creyentes.

La venida del Espíritu Santo estaba profetizada y era una promesa. El Espíritu Santo tiene efectos sobre el creyente: Lo santifica, hay rectitud de conducta moral (en todos los aspectos): el Espíritu Santo entra y justifica a la persona ante el Padre, somos regenerados (nacidos de nuevo) y santificados.

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SALVACIÓN

Cuando aceptaste a Jesús como tu Salvador, fue por gracia a través de la fe, no por obras para que nadie se gloríe.

Efesios 2:8-9 "Porque es por gracia has sido salvado, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.

Entonces vuestras obras no os salvan, son sólo para recompensas en la eternidad, cuando estemos con Jesús.

Sin embargo, es necesario cuidar vuestra salvación como el don más preciado. Hay doctrinas erróneas que enseñan que la salvación no se puede perder, y que una vez salvo, siempre salvo. Pero la Biblia nunca puede ser contradicha y habla de que la salvación no se puede perder. Es como si alguien te diera un regalo muy valioso, ¡y el simple hecho de recibirlo no significa que no puedas perderlo! hay que cuidarlo con temor y temblor como dice el Apóstol Pablo.

Filipenses 2:12

Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,

Jesús mismo lo dijo y quedó registrado en la Biblia en Apocalipsis 3:5 (en un mensaje a la iglesia, a los cristianos) donde Jesús dice que el nombre de una persona escrito en el libro de la vida se puede borrar en el caso de esos cristianos nacidos de nuevo que pecan y luego no se arrepienten y no velan y no saben que el Señor puede venir en cualquier momento sin previo aviso.

La advertencia dada por el mismo Señor Jesús en Apocalipsis 3:5 de que el nombre de una persona que está escrita en el libro de la vida puede ser borrado, es una advertencia verdadera, dada por el Señor Jesús, Dios hecho carne. y hueso, así que para los que dicen que no puede ser verdad, vale la pena recordar que es verdadero Dios y todo hombre es mentiroso (Romanos 3:4) y que esta verdadera advertencia viene de Jesús, Dios Hijo el Fiel y Cierto como se le llama en Apocalipsis 19.11.

Hebreos 10: 26-31

Advertencia a los que pecan deliberadamente

Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de fuego hirviente que ha de devorar a los adversarios. 28 Cualquiera que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o tres testigos, muere irremediablemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merece el que pisotea al Hijo de Dios, y tiene por inmunda la sangre del pacto en la que fue santificado, y ofende al Espíritu de gracia? Porque conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

Sin embargo, Dios es misericordioso para perdonar y nunca desecha a una persona arrepentida. Si eres salvo porque aceptaste a Jesús y caíste en pecado o sientes que cometiste una falta, o te alejaste de Dios, no te sientas condenado sino acércate a Él, vuelve a tus caminos y no peques más. Recuerda, Dios es misericordioso para perdonar si te arrepientes de corazón. No somos perfectos, pero tratamos de no practicar deliberadamente el pecado y considerar impura la sangre del pacto.

1 Juan 2:1

Cristo, nuestro abogado

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; Y si alguno peca, Abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el justo.

Recuerde, Dios nunca echa fuera a una persona arrepentida. Por eso nos dio a su Hijo Jesús para salvación.

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